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jueves, 17 de noviembre de 2011
lunes, 22 de agosto de 2011
HERRAMIENTA .- NOVEDADES
Herramienta web 9
Agosto de 2011.- ISSN 1852-4729
François Chesnais
Antonio Infranca
Bolivia. Por la recuperación del proceso de cambio para el pueblo y con el pueblo
Manifiesto de la Coordinadora Plurinacional de la Reconducción
Mariano Pacheco, Juan Rey y Diana Hernández
Las perspectivas para el socialismo: una cuestión del capital y la clase
Hugo Radice
Pesimismo y emancipación política en el pensamiento de T. W. Adorno
Facundo Nahuel Martin
En torno al materialismo de Gramsci
Georg H. Fromm
Foucault, Marx y el marxismo. Un balance provisorio
Sebastián Gomes
Eficiencia tecnológica, fuerzas productivas y clases sociales
Eficiência tecnologíca, forças produtivas e classes sociais (Versão em português)
Marcelo Micke Doti y Sinclair Mallet-Guy Guerra
El marxismo y la propiedad privada ¿Hay una nueva propiedad privada?
Edgardo Logiudice
Trabajo concreto y valor de uso ¿Ontología o especificidad histórica?
Alfonso Galileo García Vela
Subalternidad, antagonismo y autonomía, de Massimo Modesi
Lucas Frère Affanni
Workplace conflict. Mobilization and solidarity in Argentina, de Maurizio Atzeni
Agustín Santella
http://www.herramienta.com.ar/
Ediciones Herramienta
Rivadavia 3772 1° B.
Tel: (0054) 11 4982-4146África
Mujeres desesperadas se aprietan el estómago con una cuerda para acallar los dolores del hambre y apenas comen para que lo puedan hacer sus niños
Traducido para Rebelión por LB |
Un número cada vez mayor de niños se desploman muertos en el largo viaje hasta los campamentos de refugiados. Los que llegan están más severamente desnutridos que nunca. Y según la ONU el número de personas amenazadas [por la hambruna] ha llegado a 11 millones, que es como si cada hombre, mujer y niño de Bélgica corriera el riesgo de morir de hambre. Así pues, con cada día que pasa la cíclica crisis alimentaria de la región del Cuerno de África va adquiriendo los visos de una hambruna en toda regla.
Hay una imagen que capta el degradante horror que azota a millones de personas. No es la imagen de que un niño con el vientre hinchado y los ojos desorbitados que llora pidiendo comida, aunque haya infinidad de ellos. Es la imagen de las madres que se atan el estómago con un acuerda para amortiguar las punzadas del hambre mientras dan a sus hijos la poca comida que pueden conseguir -una grotesca parodia de las bandas gástricas que se utilizan en Occidente para adelgazar.
Ha sido ActionAid quien ha lanzado la alerta sobre esta práctica potencialmente mortal. Zippora Mbungo, una abuela de 86 años de edad, de Makima, Kenia, dijo a los trabajadores de la agencia: "Me ato la cuerda alrededor de la cintura para apretarme el estómago y evitar la sensación de hambre. La mayor parte del tiempo tenemos muy poca comida, así que se la doy primero a mis nietos y dejo poco o nada para mí. Por eso me ato el estómago con la cuerda. Aquí sólo los ricos no se atan con la cuerda en momentos como éste". Y agregó: "Esta es una de las peores sequías que he visto en mi vida". Philip Kilonzo, de ActionAid Kenya, dijo: "Esta práctica muestra cuán desesperadamente hambrientas están las mujeres. Pero puede ser letal: varias mujeres han muerto tras liberar de golpe su estómago [de la presión de la cuerda] cuando han podido conseguir otra vez comida".
El desastre, descrito por UNICEF como "la peor crisis humanitaria del mundo", es el resultado de una de las sequías más terribles de los últimos 60 años y que ha provocado repetidas malas cosechas y la muerte de un gran número de cabezas de ganado. Cerca de 2.9 millones de personas en Somalia -un tercio de la población- necesitan ayuda humanitaria, mientras que unos 4,5 millones de personas, de una población de 80 millones, están afectados en Etiopía. Según datos de la ONU, en Kenia, la potencia económica de la región, unos 3,5 millones de personas corren riesgo de morir de hambre. Duncan Harvey, director nacional de la organización Save the Children en Etiopía, dijo: "Desde el punto de vista del número de personas afectadas, esta es una de las peores sequías que el mundo ha visto en mucho tiempo".
El hambre y la desesperación en sus propias áreas ha llevado a cientos de miles de personas a caminar durante días a través de las tierras áridas hasta los campamentos de Etiopía y Kenya. La semana pasada, por ejemplo, funcionarios de EEUU hablaron con una madre que había llegado a un campamento con seis niños, entre ellos un niño de siete años con poliomielitis a quien la mujer había transportado sobre su espalda.
La gravedad de esta fatídica larga marcha se puede calibrar considerando el número de aquellos que no consiguen concluirla. A las afueras del vasto complejo de refugiados de Dadaab, en Kenya, jóvenes cuerpos sin vida que han sido abandonados por sus padres yacen en el camino de arena que conduce hasta el campamento. Nadie sabe cuántos han fallecido antes incluso de alcanzar ese lugar, y en otros casos son los padres los que han perecido en el camino dejando a sus niños vagando solos por el desierto. Andrew Wander, un portavoz de Save the Children, dijo que su agencia ha prestado asistencia a más de 300 niños que han sido encontrados sin acompañantes a la vera de los caminos después de que sus padres murieran o los abandonaran.
La agencia de refugiados de la ONU dice que alrededor del 40% de los niños somalíes que llegan a Dadaab están desnutridos. Más niños han muerto aquí en los primeros cuatro meses de este año que durante todo el año pasado. Cada día, más de 1.400 llegan a este extenso complejo lleno de chabolas improvisadas con palos y toldos en el que se hacinan más de 440.000 personas dentro y alrededor de un campamento construido inicialmente para 90.000 personas. Alexandra Lopoukhine, de Care International, dijo: "Esto hace que el proceso de registro sea mucho más lento. Si antes tardábamos unas horas o un día a lo sumo, ahora necesitamos tres a cuatro semanas por lo menos". Alexandra dijo que la ONU y el gobierno de Kenia están manteniendo reuniones de cara a autorizar la ampliación del campo.
Según organismos miembros del Comité de Emergencia para Desastres, los casos de violación y de otros ataques violentos contra mujeres se han duplicado entre los refugiados que huyen del conflicto y el hambre en África Oriental. El personal de atención internacional de dos centros de acogida dentro del campamento afirma que los casos reportados han aumentado hasta 136 en los primeros seis meses de este año, comparados con los 66 del mismo periodo en 2010. La señora Lopoukhine dijo: "El momento más peligroso para los refugiados es cuando están en movimiento. Las mujeres y las niñas están especialmente expuestas a ser víctimas de violaciones, secuestros, enfermedades e incluso a ser asesinadas en el viaje. Muchas mujeres se echan al camino con sus hijos dejando detrás a sus maridos y pueden caminar durante semanas en busca de comida y seguridad".
En Etiopía los somalíes que huyen de la sequía y del recrudecimiento de los combates han ido llegando a un ritmo de más de 1.700 al día. La tasa de mortalidad general en los campamentos de Etiopía es de siete personas por cada 10.000 al día, cuando en una crisis lo normal es una tasa de dos fallecimientos al día, dijo un funcionario de gobierno de EEUU. La razón de que haya tantos muertos aquí y en toda la región no es solamente el hambre, sino las enfermedades, que se ceban en personas debilitadas por muchos meses de desnutrición. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha informado de que existe un alto riesgo de propagación de enfermedades infecciosas, especialmente la poliomielitis, el cólera y el sarampión.
Cinco millones de personas están expuestas al cólera en Etiopía, donde las condiciones de hacinamiento e insalubridad han desatado una crisis de diarrea acuosa aguda, dijo el viernes la OMS. El cólera, una infección intestinal aguda, provoca diarrea acuosa que puede conducir rápidamente a la deshidratación severa y a la muerte si no se administra un tratamiento con prontitud. Y –añadió la OMS–, cerca de nueve millones de personas corren riesgo de contraer malaria. También hay sarampión, que amenaza a dos millones de niños etíopes, para quienes la enfermedad puede resultar fatal. Los funcionarios etíopes informaron de la existencia de 17.584 casos de sarampión y de 114 muertes durante el primer semestre del año. También ha estallado en los campos de Kenia, con 462 casos confirmados, incluidas 11 fallecimientos, dijo la OMS.
En respuesta a la crisis alimentaria y sanitaria, una masiva operación de ayuda está ganando ímpetu rápidamente. En el plazo de ocho días el público británico ha donado veinte millones de euros en respuesta al llamamiento lanzado por el Comité de Emergencia para Desastres. El Gobierno británico anunció ayer la concesión de una nueva ayuda de 59 millones de euros con los que, entre otras cosas, se proporcionará asistencia a cerca de 70.000 niños con desnutrición aguda en Somalia, cuidados médicos y agua potable a 130.000 personas en los campamentos de Dadaab, ayuda similar a 100.000 personas en los campamentos de Etiopía, y ayuda adicional a 300.000 keniatas, incluyendo raciones especiales para los niños desnutridos.
Rubén E Brigety, un funcionario del Departamento de Estado de EEUU responsable de la asistencia a los refugiados y víctimas de los conflictos en África, dijo: "Hay muchos profesionales de ayuda con experiencia que te dirán que jamás hemos presenciado una crisis tan grave en una generación". Y agregó: "Y va a ir a peor".
Lo que están haciendo las agencias de ayuda
Hasta el momento el Llamamiento para Africa Oriental del Comité de Emergencia para Desastres ha recaudado unos 18 millones de libras esterlinas. Esto es lo que están haciendo las agencias del Comité de Emergencia para desastres:
ActionAid: alimentos, agua y generación de ingresos para más de 220.000 personas en Kenia y Somalia.
AgeUK Together, junto con Cafod: subsidios en efectivo a personas mayores para alimentos, creación de empleo, además de alimentos y cuidados para el ganado.
Cruz Roja: ayuda alimentaria, agua potable, salud comunitaria. La Media Luna Roja somalí tiene 44 clínicas móviles y estáticas.
Care International: alimentos, agua y educación primaria en Dadaab, además de ayuda para Etiopía y Somalia.
Christian Aid: suministro de agua para 77.400 personas en Kenia, y para 25.210 personas en Etiopía. Suministro de alimentos para ganado.
Concern Worldwide: transferencias de efectivo y cupones de alimentos en Somalia. 400.000 beneficiarios en toda la región.
Socorro Islámico: ayuda alimentaria, nutrición, agua y saneamiento en toda la región.
Merlin: alimentos, además de 15 nuevas clínicas, centros de salud y centros de alimentación en Kenia. Además, programas en Somalia.
Plan UK: alimentos, agua, vivienda, asistencia médica, protección de la infancia, educación, salud y alimentación en Etiopía.
Save the Children: transferencias de efectivo para las familias con desnutrición aguda en Somalia. Está incrementando el tratamiento de niños desnutridos en Kenya.
Tearfund: dinero en efectivo para programas de trabajo en Etiopía y camiones cisterna en Kenia.
Para hacer una donación al Llamamiento para Africa Oriental del Comité de Emergencia para Desastres, entrar en www.dec.org.uk
Camila Vallejo, belleza y Revolución.-
Domingo, 21 de agosto de 2011 Radar.- en Pagina 12
Un fantasma del futuro
Camila Vallejos Presidenta de la FECh
Por Pablo Paredes
Vallejo es la segunda mujer en llegar a la presidencia de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECh) y es la primera, contando hombres y mujeres, en tener su rostro pintado en muros y kioscos del país. Anoche la vi sonreír por segunda vez, lo hizo por un canal de Internet mientras se le escapaba una puteada juguetona. La primera vez, fue hace un par de semanas a la una de la mañana en la fría plaza Italia de Santiago. Yo venía de comer con el poeta Bruno Vidal; ella caminaba junto a un ex presidente de la FECh. La calle estaba vacía, el joven reconoció a Bruno y lo saludó. Nos presentó a Camila, que sonrió como nunca lo haría si estuviesen ahí las cámaras de la televisión chilena, siempre deseosas de farandulizarla. Es que el machismo chileno también reina en los medios y le cuesta mucho trabajo permitirse que una mujer sea bella e inteligente. Te ha tocado difícil, Camila, tuve ganas de decirle en esos 40 segundos del encuentro, pero sólo la miré, y muy poco, pues me invadió una paranoia con respecto a que ella pudiese llegar a pensar que yo era un machista más. Así que tampoco le dije que yo hacía teatro como su padre, ni que, aunque con mucho menos inteligencia, también milité en las Juventudes Comunistas, como ella. Se fue. Me mordí la lengua. Le dije a Bruno que habíamos visto un fantasma del futuro, un fantasma que recorría el país. Un chiste pertinente, pero malo.
Ver a Camila de cuerpo entero era ponerle un cuerpo a esa activa abstracción que llamamos Movimiento Estudiantil. A veces soy duro de mollera –más bien de pecho– y necesito de un símbolo, no tanto para entender una necesidad política, que es más que evidente, sino para también quererla. Creo que eso es lo que nos pasa a los chilenos y chilenas con Camila. Algo muy distinto a lo que les pasa al gobierno y los encapuchados, que se vuelven más erráticos de lo normal, porque en sus libros no cabe, bajo ningún punto de vista, que alguien de ojos claros sea de izquierda y porque, a decir verdad, la segregación étnica, económica y social del país escasamente lo permite.
No es fácil ser linda cuando el país se pone feo, instalar inteligencia cuando la legítima rabia acumulada empieza a chorrearse por los muros de liceos y universidades, decir éste no es el país que queremos, mientras los medios se solazan con un éxito macroeconómico que no salpica a la educación. Camila lo hizo de manera brillante y ahora, cuando digo su nombre, también se me aparecen esos otros cuerpos hermosos, aunque de manera muy distinta. Me refiero a los cuerpos, brutalmente generosos, de los adolescentes que ya llevan más de un mes en huelga de hambre por lo que demandamos la inmensa mayoría de los chilenos: que el Estado garantice educación gratuita y de calidad.
Eso es lo que volvimos a pedir hoy, los 100.000 empapados que marchábamos mientras el cerro San Cristóbal se coronaba con nieve como nunca lo hace. En unas horas más comenzará el ruido del caceroleo y el domingo volveremos otra vez a las calles, nuestras ciudades se llenarán otra vez de manifestantes y la estudiante de Geografía, cosa fundamental para entender el desastre y la belleza de Chile, irá adelante con un gran lienzo, entre los profesores y dirigentes estudiantiles de todas las universidades y liceos; atrás de ellos, desbordándolos, ese carnaval rabioso cantando: y va a caer, y va a caer, la educación de Pinochet.
Hoy, cuando la marcha ya terminaba, con mis amigos nos hicimos paso entre la multitud, llegamos a estar a sólo 50 metros del escenario donde estaba Camila y algo así como un árbol gigante de camarógrafos y reporteros gráficos. Por supuesto que ella no sonrió, aunque esta vez no se pudo aguantar soltar un esbozo saludando al mar de paraguas rebeldes. Está bien, Camila, no les sonrías a los medios, nosotros sabemos que por dentro estás feliz al vernos tan dignos, tan empoderados. Quise gritarle eso, pero es muy difícil, en ese contexto, atreverse a gritar algo que no rime, así que sólo se lo comenté a mi amiga Nicole, que la ama profundamente y que desea tanto besarla como verla convertida pronto en nuestra “Compañera Presidenta”.
Al volver a casa, pensé en cuánto deseo que la tercera sonrisa que le vea a Camila sea porque los estudiantes, y quienes los apoyamos, le hayamos doblado la mano al neoliberalismo y que este terremoto feliz de nuestra historia haya revuelto lo suficiente nuestras ciudades como para que ya no haya más apartheid de escuelas buenas para ricos y malas para pobres, para que unos ojos verdes no sean patrimonio ni de buenos ni de malos, ni de lindos ni de feos, sino que simplemente sean.
Pensé en cuánto deseo que el país entero sea el lindo.
Pablo Paredes (Santiago de Chile, 1982)
es poeta y dramaturgo.
MINERIA A CIELO ABIERTO
Escrito en noviembre de 2010 y pertinente al día de hoy
La minería a cielo abierto en Latinoamérica
Martín Mantxo
Ecologista
Latinoamérica es uno de los principales proveedores de recursos minerales para el metabolismo industrial mundial. Mientras algunas multinacionales obtienen grandes beneficios de esta explotación, los impactos ambientales y sociales no paran de aumentar. Pero también cada vez es más fuerte la oposición popular.
Este octubre hemos asistido a un fenómeno mediático alrededor del rescate de 33 mineros chilenos que permanecieron 70 días atrapados en una mina. No es de extrañar que un accidente así ocurra en un país que aún no ha ratificado el convenio 176 de la Organización Internacional del Trabajo sobre seguridad y salud en las minas. Antes del rescate, en Chile ya habían fallecido otros 32 mineros este mismo año, con los que el total de fallecidos en minas se eleva a 200 en toda Latinoamérica entre enero y octubre de 2010 [1].
Hoy día América Latina continúa siendo víctima de la leyenda del El Dorado y de aquella locura que empujó a los conquistadores a cometer tanta atrocidad. El continente sigue siendo origen de materias primas básicas y de buena parte de los minerales en los que se ha basado nuestro sistema económico. Tras épocas de imperialismo, de neoliberalismo, de esporádicos intentos de nacionalización con resultados diversos… por ahora la extracción de minerales se mantiene mayoritariamente en manos extranjeras, más en concreto de grandes compañías estadounidenses, canadienses o chinas, junto a muchas europeas, y cómo no, españolas. Así se denunció y probó, por ejemplo, en el último Tribunal de los Pueblos celebrado en Madrid el pasado mayo.
Por toda Latinoamérica el pueblo se alza contra la minería, sobre todo contra la de cielo abierto, que es la que más problemas ambientales y destrucción causa. El año pasado, el Banco Mundial y la CEPAL destacaron que éste fue uno de los sectores con mayor recuperación y empuje en Latinoamérica. Como en el caso del petróleo, la crisis hace que se exploten yacimientos en espacios naturales, de difícil acceso o en malas condiciones, o con minerales de baja ley o poco concentrados.
A causa de nuestra capacidad tecnológica, del petróleo barato y sobre todo de mucha codicia y poca sensatez, se ha impuesto una forma de minería, la minería a cielo abierto –hoy por hoy la más utilizada en Latinoamérica–, que consiste en arrancar todo el terreno, horadando más y más, para luego triturar los materiales y seleccionar lo requerido. Se configuran así paisajes dantescos, con cráteres de kilómetros de diámetro.
La minería a cielo abierto, además de ser responsable de un impacto directo como el del cráter que produce haciendo desaparecer todo lo existente con anterioridad (bosques, hábitats, acuíferos, etc.), y de otros impactos indirectos relacionados con su dependencia energética, también causa contaminación por filtraciones o derrames (sobre todo en actividades asociadas a la minería de oro y plata), pues a menudo se separan los minerales con productos altamente tóxicos como mercurio y cianuro, que luego provocan graves contaminaciones y envenenamientos. Otro impacto asociado a esta minería es el gran consumo de agua para limpiar el mineral, y el gasto de energía por el gran volumen y masa de los materiales que se mueven.
Una de las minas más grandes del mundo, en Colombia, es la gran explotación de carbón de Cerrejón [2], en pleno territorio Wayúu. Ocupa una extensión de 650 kilómetros cuadrados, lo que hace que el pueblo wayúu esté totalmente condicionado por la actividad minera. En el Estado español importamos carbón colombiano para las centrales térmicas: 2,24 millones de toneladas en 2009 (casi el 17% del total importado) [3].
Nueva amenaza: la minería de frontera
Las transnacionales mineras se expanden en busca de nuevos territorios. No sólo hacia los más remotos e inhóspitos sino que también se actúa sobre otros que por legislación todavía se encontraban exentos de actividad minera. Éstos pueden ser espacios protegidos o también zonas como las fronterizas, en las que cada Estado mantiene franjas de no acceso o de seguridad junto a la frontera. En los últimos años, las grandes transnacionales mineras han conseguido que los gobiernos firmen tratados entre ellos y concedan permisos, poniendo con ello nuevas zonas en explotación. La Constitución de Perú prohíbe que se otorguen concesiones en un espacio de 50 kilómetros de la frontera, salvo que se considere de interés nacional. Entre 2002 y 2009 se emitieron 23 de estos decretos.
Quizás el caso más conocido sea el de Pascua Lama, en la frontera entre Argentina y Chile, de la canadiense Barrick Gold, una trasnacional demandada en nueve países de cuatro continentes por atentados contra el medio ambiente. Este proyecto pretende extraer oro bajo ese glacial de los Andes, amenazando un espacio declarado por UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. Este junio también hubo movilizaciones en la República Dominicana contra esta compañía por otro proyecto en Cotuí. La Barrick ha conseguido un acuerdo con el Gobierno dominicano para embolsarse nada menos que el 95% de los beneficios.
El pasado 30 de septiembre se celebró en Chile, en la sede de la histórica CUT (Central Unitaria de Trabajadores), un Tribunal Ético específico contra la minería de frontera por el riesgo enorme que está suponiendo como nueva forma de extracción de recursos. Como otros tribunales de los pueblos, éste tenía como objetivo recopilar datos y poner todos estos casos en un mismo contexto, a la vez que servir de plataforma para que trascendiera una denuncia conjunta.
En las zonas limítrofes entre países, las mineras eliminan las restricciones creando territorios binacionales bajo su control. Hasta ahora se han planteado otros cuatro proyectos en la cordillera de Los Andes, amenazando los glaciares: El Pachón de Xstrata, las Flechas, Vicuña y Amos-Andrés, y en trámite está el proyecto Cerro Cuadrado, de otra empresa canadiense. Los proyectos transfronterizos entre Guatemala y El Salvador (Mina Cerro Blanco, de Goldcorp), Brasil y Bolivia (El Mutún en El Pantanal, el humedal más grande del mundo con función reguladora del clima para Bolivia, Paraguay y Brasil), o los de Perú y Ecuador (aquí las concesiones se han triplicado en 5 años), donde destacan dos casos simbólicos: la mina de oro Afrodita (canadiense) y la de cobre de Río Blanco. Entre Guatemala y México nos encontramos la mina Marlin de Montana (Goldcorp) que afecta a 18 comunidades indígenas, o la Blackfire Exploration de barita en Chiapas, donde fue asesinado el lider anti-minero Mariano Abarca.
Una oposición que no cesa
Sí, el activismo minero se castiga duramente. Porque es un activismo de mucho nivel. Porque la actividad se multiplica como una epidemia y porque, como decimos, los impactos son drásticos y enormes los beneficios para las empresas. Pero las movilizaciones persisten pese a esa represión.
El 26 de octubre se realizó en Uspallata (Argentina) otro tribunal contra el proyecto megaminero de oro y cobre San Jorge. A mitad de noviembre (este artículo se escribe antes) se celebrará también en Andalgalá (Argentina) el 14º Encuentro Unión de Asambleas Ciudadanas por ser este lugar de resistencia de un pueblo que ha conseguido, tras batallas campales, la paralización del proyecto mega-minero Agua Rica, y que lucha contra otra existente en La Alumbrera.
En octubre se realizaron consultas en Guatemala, en Santa Cruz del Quiché y en San Miguel Uspantán. En ambos casos, como en otros antes (Huehuetenango, San Marcos y Alta Verapaz), se rechazó unánimemente la explotación minera y también las instalaciones petroleras e hidroeléctricas. En el primero participaron 87 comunidades y 186 en el segundo [4]. La consulta de San Miguel Uspantán se realizó pese a las coacciones, intentos de bloqueo por parte del mismo alcalde, y la intimidación con un gran contingente de policías antidisturbios, vuelo de aviones y helicópteros. Y eso que además de ser una práctica antigua y tradicional, la consulta está amparada por la legislación guatemalteca.
También se reunieron este octubre en Lima activistas organizados en la red CONACAMI (Confederación Nacional de Comunidades del Perú Afectadas por la Minería), una de las redes más asentadas y constantes. Ahí declararon que “durante miles de años los pueblos originarios hemos protegido a la Pachamama, conscientes que es la única esperanza de vida para toda la humanidad. Es por ello que nos mantenemos firmes en nuestra decidida defensa de la Madre Tierra y todos los recursos que nos provee”, exigiendo el cese de “actividades extractivas como la minería, la explotación petrolera y otras que amenazan la existencia de la vida, y son la principal causa de contaminación en diversas partes de nuestro planeta”. En Perú la minería representa el 60% de sus exportaciones, pero, además, es el origen de la mayoría de sus conflictos sociales: según la Defensoría del Pueblo, de los 270 conflictos del pasado año, un 70% estuvo relacionado con esa industria.
En Ecuador la organización y coordinación de las afectadas por la minería continúa. El 9 de octubre se reunieron en Pallatanga (Chimborazo) convocados por el Comité de Defensa de la Vida y la Naturaleza de este cantón, representantes de comunidades, organizaciones y autoridades para continuar “la resistencia contra las transnacionales mineras a pesar de la represión, persecución y criminalización que implementa el Estado y el gobierno para proteger a las corporaciones saqueadoras de minerales”. La actividad de las grandes mineras ha sido objeto del mayor conflicto entre el gobierno de Rafael Correa y la ciudadanía ecuatoriana.
Notas
[1] www.noalamina.org
[2] www.cerrejon.com
[3] http://carbunion.com
[4] www.noalamina.org/mineria-la...
Fuente: http://www.ecologistasenaccion.org/article19964.html
domingo, 14 de agosto de 2011
LIBER ARCE
Uruguay_14 de Agosto: Líber Arce
ilustración homenaje 2011 enviada por gabriel.carbajales@gmail.com
..el 14 de agosto de 1968, cayó para siempre el estudiante universitario Líber Arce, mártir de la democracia asesinado por las fuerzas represivas, durante una cruenta jornada que bautizó a sangre y fuego el gobierno encabezado por el hoy extinto Jorge Pacheco Areco.
El asesinato del joven estudiante, de sólo 28 años de edad, se enmarcó en una vasta ofensiva gubernamental contra las fuerzas de cambio, cuya resistencia a las políticas antipopulares crecía por entonces en calles, fábricas y centros educativos.
El ya legendario grito "obreros y estudiantes unidos y adelante", movilizaba cotidianamente a miles de jóvenes inspirados en vientos de cambio que soplaban sobre viejas banderas libertarias y el paradigma del mítico mayo francés.
Todo ese juvenil entusiasmo que heredaba las mejores tradiciones del movimiento estudiantil sufrió un traumático golpe en una luctuosa jornada de sangre y conmoción.
El doloroso episodio se registró al mediodía del 14 de agosto de 1968, cuando un grupo de estudiantes de Odontología, Enfermería y Veterinaria manifestaba desde esa casa de estudios, sita en Larrañaga, rumbo a avenida Rivera.
La demostración fue abortada violentamente por las fuerzas represivas. El grupo de estudiantes fue interceptado por efectivos policiales de choque que, sin que mediara ninguna actitud agresiva de los manifestantes, desenfundaron sus armas de reglamento y comenzaron a disparar al bulto.
Ante la lluvia de fuego, el grupo se replegó y regresó sobre sus pasos buscando la protección de la sede universitaria.
Según inequívocos testimonios oculares de la época, reproducidos con objetividad incluso por la prensa oficialista, desde una distancia de no más de cuatro metros y abandonando previsibles intenciones intimidatorias, Líber Arce fue baleado por la espalda.
El joven recibió un disparo en una pierna con orificio de salida en la ingle. El balazo, según el dictamen médico conocido pocas horas después, le seccionó la arteria femoral que irriga los miembros inferiores.
Algunos de los participantes en la manifestación, al ver caer al infortunado estudiante en medio de un impresionante baño de sangre, retornaron para prestarle auxilio.
Empero, aunque la Policía les permitió acercarse, inmediatamente los encañonaron con sus revólveres y exigieron la exhibición de documentos, lo que demoró el traslado del herido a un centro asistencial.
El autor del disparo mortal, según se supo, fue el oficial ayudante Enrique Tegiachi.
Durante los incidentes acaecidos frente a la Facultad de Veterinaria, resultaron heridos también otros cuatro estudiantes aunque felizmente de menor entidad.
Al ingresar al Hospital de Clínicas, el estado de Líber Arce era ya crítico. Sus pulsaciones eran muy débiles y había perdido abundante sangre.
La lucha del equipo médico por salvarle la vida resultó casi heroica. Mientras era intervenido quirúrgicamente, el joven entró dos veces en shock y estuvo a punto de morir, aunque en ambas oportunidades fue reanimado.
Tras horas de incertidumbre, el equipo médico informó que se había logrado detener la hemorragia y se practicó un injerto con el propósito de reparar la arteria seccionada por el disparo.
Sin embargo, todo esfuerzo resultó en vano: Líber Arce dejó de existir el 14 de agosto, en medio de una intensa congoja colectiva.
El funeral del mártir es recordado como una de las más conmovedoras demostraciones de dolor, de todo un pueblo que -más allá de credos e ideologías- acompañó el cuerpo sin vida del asesinado estudiante hasta su última morada.
Pero el luto no se agotó ese año en el asesinato de Líber Arce, ya que el 20 de setiembre cayeron para siempre los estudiantes Hugo de los Santos y Susana Pintos, en otra sangrienta jornada represiva que tuvo como escenario la explanada de la sede central de la Universidad de la República.
Ese día, otras zonas de Montevideo fueron profundamente conmovidas, al registrarse cruentos enfrentamientos entre obreros y fuerzas de choque en el Cerro. Hugo de los Santos fue herido de bala cuando comenzó la manifestación estudiantil, tras una reunión de la FEUU en la Facultad de Derecho. Susana Pintos fue herida de muerte cuando intentó auxiliar a su compañero, envuelta en una bandera blanca que no fue respetada. Después caerían Heber Nieto, Walter Medina, Julio Spósito y una larga y dolorosa lista de estudiantes.
La violencia estaba definitivamente instalada en la sociedad uruguaya y arreciaba la represión sobre las fuerzas populares.
Desde hace 31 años, el 14 de agosto ha sido asumido por el movimiento estudiantil uruguayo como la fecha de los mártires y no hubo un año, incluso durante la dictadura cívico militar, que no se homenajeara a Líber Arce.
Desde las concentraciones relámpago en la explanada de la Universidad, hasta la lluvia de claveles y rosas rojas en la Biblioteca Nacional, la represión no pudo evitar que los estudiantes recordaran a sus caídos.
http://www.chasque.net/vecinet/liber2.htm
http://red-latina-sin-fronteras.lacoctelera.net/post/2011/08/11/uruguay_14-agosto-liber-arceviernes, 8 de julio de 2011
lunes, 4 de julio de 2011
MUJERES
La marcha desde las putas en Nicaragua
Reflexiones de cuatro mujeres jóvenes que participaron en La Marcha de las Putas: Fernanda Siles, María Martha Escobar, Andrea Luque y Mercedes Figueroa.
Participante de la Marcha de las putas en Nicaragua
Managua, Nicaragua. Eran ya un poco más de las diez de la noche y me había quedado sin saldo para llamar al taxista que suelo llamar cuando salgo sola, pero como una amiga se animó a salir conmigo, entonces me relajé y pensé: “bueno, acompañada da menos miedo”. Salimos las dos a la calle principal a buscar taxi y, desde que cruzamos el portón de la casa, empezamos a escuchar: “Adiós bárbaras”, “Qué buenas que están” y demás “piropos” (acoso) que sólo me causan rabia.
Sin embargo, me hice la sorda porque no quería amargarme la noche. Seguimos ahí y no llegaba ningún taxi. Entonces pasó una camionetona que al vernos decidió retroceder hasta acercarse y detenerse enfrente. Uno de los pasajeros bajó el vidrio de la ventana y nos dijo: “¡Buenas noches!”. Indignada y con mala cara le dije: “Seguí tu camino”. Los dos hombres se miraron entre sí y nos miraron nuevamente, entonces les volví a exigir que se fueran, pero no me hicieron caso y me respondieron en tono burlesco: “Vos no sos policía de tránsito”. Una vez más volví a gritarles que se fueran, pero su reacción fue sólo subir el vidrio y empezar a carcajearse de nosotras. Aún nerviosas decidimos no movernos del sitio: “Son ellos los que deben dejarnos en paz”. Tan sólo cuando me incliné a recoger una piedra y amenazarles con dañarles la camioneta logré que se fueran. Me quedé alterada, con la piedra en la mano, empuñando un arma que desafortunadamente (porque no estoy a favor de la violencia) me hacía sentir segura.¿Por qué no podemos caminar tranquilas, vivir en paz? ¿Desde cuándo la noche, las calles y el mundo le pertenecen a alguien? Más que como interrogantes, como exclamaciones llenas de rabia flotaban estas inquietudes en las distintas discusiones que se sostuvieron en Matagalpa y en Managua para organizarnos y manifestarnos por situaciones que diariamente en todos los ámbitos de nuestra vida tenemos que enfrentar cada una de nosotras, mujeres, desde nuestras particularidades.
Manta de la Marcha de las putas en Nicaragua
La “Marcha de las Putas” ha sido un pretexto para visibilizar las relaciones de poder, desiguales e injustas, que se dan entre hombres y mujeres; para denunciar las situaciones de violencia y acoso que seguimos sufriendo a diario las mujeres en diferentes espacios (calle, casa, cama, escuela, fábrica, oficina, etcétera), lugares del mundo y en diferentes -o todos- los momentos de la vida. También ha sido una oportunidad para entrever qué realidades tan diversas y complejas se esconden detrás de la palabra puta.
Puta fue la palabra que utilizó un policía canadiense el pasado mes de enero para justificar la violencia que ejercen los hombres contra las mujeres. En una conferencia sobre seguridad civil en la Universidad de York, esta autoridad que debe velar por el orden público, afirmo que: “las mujeres deben evitar vestirse como putas para no ser víctimas de la violencia sexual”; expresión que refleja la visión social predominante de que las mujeres somos responsables de la violencia verbal, física y sexual que a diario se ejerce en nuestra contra. Bajo esta lógica el alcalde de Navolato (México) decidió tomar como medida “oportuna” prohibir el uso de minifaldas y regular la vestimenta de las mujeres para evitar embarazos adolescentes, en lugar de apostar por la educación sexual en las escuelas, la prevención con anticonceptivos o la promoción de una sexualidad informada y responsable.
Batucada de la Marcha de las putas en Nicaragua
Así también por siglos las iglesias han alimentado mitos que sirven para distinguir entre las buenas y las malas mujeres, siendo las últimas merecedoras de castigos y del estigma social, que ayudan a evitar que las Marías se conviertan en Evas. Es decir, existen numerosos ejemplos de tabúes e imposiciones sociales y culturales alimentadas por siglos, que nos tachan a las mujeres de “malas-mujeres” cuando ejercemos nuestra autonomía o verbalizamos nuestros deseos; en relación a otras “buenas-mujeres” que cumplimos con las normas establecidas y los binomios patriarcales de “mujer-madre”, “mujer-monógama”, “mujer-cuidadora”, “mujer-trabajadora”, “mujer-esposa”, entre otros.
Estos son sólo un par de ejemplos puntuales sobre la articulación de la cultura patriarcal dentro de las instituciones sociales, reproducidas y fuertemente afirmadas de manera irresponsable por la educación y por los medios de comunicación.
Esta marcha permitió la confluencia de mujeres que, desde nuestras distintas experiencias del control y de la dominación, compartimos la reivindicación de poder nombrarnos a nosotras mismas y posicionarnos fuera de los rincones sumisos donde no estorbamos. Rincones que, por ejemplo, nos limitan al espacio de lo privado (el hogar), a la falacia de la paridad (cuotas de asistencia, pero no de participación), a la invisibilidad de nuestras voces en los espacios de toma de decisiones, a la liviandad de la perspectiva de género y no feminista, o al trabajo informal y la economía del cuidado. Y esto, válgase la corrección, incluye también a las trabajadoras sexuales. Ha habido un esfuerzo por parte de los medios masivos de información en aclarar que la Marcha de las Putas no es una marcha de prostitutas. ¿Y qué si lo fuera? Las trabajadoras sexuales también, como mujeres, han sido en muchos casos empujadas a la sumisión y al servicio, pero también entrañan la fuerza de la ruptura, asumiendo abiertamente que el ejercicio de la sexualidad es, en muchas ocasiones, la única alternativa económica para muchas mujeres del mundo.
Puta ha sido la palabra por años utilizada para igualarnos a todas las mujeres en una condición de marginación signada por la violencia. Por eso, porque así nos nombran, la palabra fue adoptada por feministas en múltiples ciudades del mundo como una oportunidad de encuentro y reconocimiento entre los distintos significados concretos que este insulto ha tenido en las vidas de las mujeres, y las particularidades de nuestras vivencias de una agresión que se resume en un intento de “devolvernos” al “lugar que nos corresponde”, al silencio, la violencia y la marginalidad que la sociedad patriarcal, clasista y racista nos ha asignado.
Pancartas de la Marcha de las putas en Nicaragua
Es por eso que cientos de mujeres de distintos departamentos del país decidimos nombrarnos putas, lo que para nosotras significó decir: sabemos que nos llaman putas cuando no saben cómo reaccionar frente a nuestra fuerza. Nos sumamos a la “Marcha de las Putas” del sábado 11 de junio en Matagalpa, Nicaragua, para “salir a caminar y retomar el derecho a ocupar las calles y espacios públicos que también son nuestros, con el único propósito de dejar claro que cuando las mujeres decimos “NO, es NO”, tal y como explicaba en su convocatoria la Red de Mujeres de Matagalpa, organizadora del evento.
Sin miedo, sin censura y con el compromiso de responder ante cualquier tipo de justificación o argumento que apruebe la violencia protestamos, porque la realidad que vivimos a diario millones de mujeres en todos los continentes y de cualquier edad, clase y condición es sumamente agresiva. Exigimos no más violencia en la cama, en la casa, en la calle, en la escuela, en la fábrica, la oficina, ni en el país.
Las mujeres no sólo somos víctimas de los agresores, somos víctimas de sistemas que no nos respetan ni nos representan, no nos ofrecen los mecanismos para defendernos y no responden a nuestras necesidades. Por eso marchamos, contra eso protestamos y esta vez quisimos re-significar el término puta para reapropiarnos de las calles, de nuestros cuerpos y de nuestras vidas para ser más libres y para vivir en paz.
Irrumpe la Marcha de las Putas en la Ciudad de México
Buscando “difundir nuestra inconformidad, criticar esta realidad y construir otra”, miles de personas marcharon en diversas ciudades de México y el mundo para exigir respeto e igualdad para las mujeres.
México, D.F. “Quiero poder caminar sin miedo por las calles de esta ciudad, esté vestida como esté vestida”, dice María Isabel, de 19 años, mientras sostiene un cartel con la frase “Este cuerpo es mío”. María Isabel es una de las miles de mujeres que se manifiestan en la emblemática Marcha de las Putas, que se llevó a cabo en diferentes ciudades del mundo.
12 de junio de 2011. Es la una y media de la tarde y la Glorieta de la Palma, situada sobre Avenida Reforma, se llena poco a poco de mujeres y hombres de todas las edades. Algunas de ellas visten con medias, tacones y minifaldas, unas incluso llevan puestos babydolls, pero la mayoría va vestida con ropa de calle. Las pancartas comienzan a aparecer; muchas y muchos sostienen cartulinas donde han escrito consignas como “No más violencia hacia las mujeres” y “No es No”, el lema de esta marcha que tiene como fin hacer escuchar la voz de las mujeres en una sociedad preponderantemente machista.
El grupo, conformado por unas cien personas, comienza a avanzar por la calle. En el camino se unen cientos de personas más –mujeres jóvenes, de mayor edad, madres con sus hijas y también muchos varones– que exigen en voz alta respeto a las mujeres. “Exijo que dejen de verme como un objeto, de hostigarme en los lugares públicos, en el metro”,
En distintos momentos la marcha toma aires de fiesta: un colectivo travesti y transgénero canta a todo pulmón “Tiempo de Híbridos”, de Rockdrigo González, mientras un grupo de mujeres se divierte improvisando rimas de protesta y organizando “la ola”. Otro grupo conformado por hombres y mujeres, que se da a conocer con el nombre de “Los Poliamorosos”, sostiene mantas y se une a los cantos. Entre ellos está Mariana, de 26 años. “Creo que este movimiento critica la relación hombre-mujer en la cotidianeidad, así como la relación que sostenemos con nosotras mismas. En ese sentido, tenemos derecho a decidir sobre nuestro cuerpo y nuestra vida, a atrevernos a decir no a lo que no queremos, como a los códigos de vestimenta, de conducta, así como a decidir de qué forma queremos relacionarnos con los demás”, y añade, “esta protesta es parte de una más grande, que es contra un sistema que genera todas las desigualdades; por eso vemos tantas manifestaciones hoy día en lugares tan distintos, y por motivos tan diversos aunque relacionados entre sí. Hay que difundir nuestra inconformidad, criticar esta realidad y construir otra. Por eso estoy aquí”, finaliza Mariana.
Una consigna que trasciende fronteras
La primera “Marcha de las Putas” tuvo lugar el 3 de abril de este año en Canadá, cuando cientos de mujeres caminaron por las calles de Toronto para protestar contra los comentarios ofensivos de Michael Sanguinetti, representante de la policía de esa ciudad. En una plática de seguridad que dio en una universidad canadiense, el policía recomendó a las mujeres “no vestirse como putas” si querían evitar ser atacadas sexualmente.
El llamamiento a luchar contra la misoginia se extendió a varios estados de Canadá, y posteriormente a Estados Unidos y países de Latinoamérica, entre ellos México. En este país, gracias a una convocatoria realizada por medio de las redes sociales, miles de mujeres y hombres marcharon en el Distrito Federal, en Puebla, Oaxaca, Guadalajara y Cancún.
Y, ¿qué sigue?
Esta protesta forma parte de un movimiento mucho mayor en favor de una sociedad libre de prejuicios. Al respecto, un usuario de Facebook escribe en el muro de la marcha: “La tarea es laboriosa y a largo plazo, pero si no actúo desde hoy, ¿con qué argumentos pediré mañana que cambien las cosas? El verdadero reto es la constancia”.
lunes, 9 de mayo de 2011
LOS OLVIDADOS DE LA TIERRA
martes, 3 de mayo de 2011
lunes, 21 de marzo de 2011
jueves, 3 de marzo de 2011
lunes, 28 de febrero de 2011
miércoles, 23 de febrero de 2011
miércoles, 2 de febrero de 2011
domingo, 23 de enero de 2011
viernes, 21 de enero de 2011
Homenaje a María Elena Walsh
Como la cigarra
11/01/11
Por Silvana Melo
(APE).- A ella fue que le dijeron que un ladrón es vigilante y otro es juez y que dos y dos son tres. Me lo transmitió entre sueños y muñecas cuando yo aún no tenía en claro ni el suelo que pisaba. Pero supe antes de conocer el color de mis ojos que debía cuidarme del vigilante y del juez y que nunca me iban a convencer de que la vida se siente y se vive con llaneza matemática.
El día en que me advirtió, con música festiva como para disimular, que mañana se lo llevan preso a un coronel por pinchar a la mermelada con un alfiler, supe que los monstruos a temer no eran los que yo imaginaba saltando de los roperos cuando me apagaban la luz o sacando por debajo de la cama una mano que me atrapaba las canillas. Los monstruos eran otros y estaban allí, en las esquinas confiadas y en los retoños de las revoluciones. Para cortar las cabezas de los sueños, una por una y en fila y dejar al futuro decapitadito y solo. Sin nosotros, todos mudos y desaparecidos. Pinchar a la mermelada con un alfiler era como asomarme la infancia al primer dedo de la perversidad. Cuarenta años después de que ella me lo dijera empezaron a llevarse presos a los coroneles y a los generales por torturas atroces que nacieron, acaso, desde el alfiler en la mermelada. Y terminaron en las parrillas humanas del infierno.
La amo por tantas cosas que entran en una cajita de fósforos. Que como todo sabio conoce, son infinitas e insondables. Por cascarrabias, por ermitaña, por negarse –con la dignidad opinable y ofendida con que lo hizo mi madre- a mostrarse en silla de ruedas por la vida. Por cantarme la infancia, la de mis amigos, la de los hijos de mis amigos, la de los nietos de mis amigos. Porque supo definir el corte brutal entre el amor y la preservación de la vida que impusieron los monstruos a golpe de guillotina: porque dijo que me duele si me quedo pero me muero si me voy. Y tantas veces también me moría si me quedaba. Me mataban si me quedaba. La amo por tantas cosas que le puedo perdonar sin un mínimo esfuerzo sus rabietas, sus renuncios, sus intolerancias, su ceño fruncido ante alguna reivindicación indiscutible.
Ella fue la que me contó una vez de una tortuga que quería hacerse un lifting en Europa por amor. Cuando nadie pensaba en plancharse el tiempo en la cara. Y ella tardó tanto en volver que el tiempo, pertinaz, le volvió al gesto resignado. Porque el tiempo es la marca implacable en la piel de las dudas, las tragedias y los mosaicos felices que pisamos.
Por eso le hacía decir a Osías –que así se llama mi propio oso dorado, sépanlo los que creen que los osos se marchan cuando una crece- quiero tiempo pero tiempo no apurado, tiempo de jugar que es el mejor. Por favor, me lo da suelto y no enjaulado adentro de un despertador. Los osos, es bueno revelarlo de una vez, se agrupan clandestinos alrededor de los niños que se mueren, de los que no alcanzan a vivir un año porque les faltó agua pura, leche, nutrientes y abrigo. De los que se caen como frutos tempranos en los arrabales de la tierra, en Misiones o en Formosa, en Salta o en Matanza. De los que aspiran bolsitas o los atrapa la policía, con la indefensión de la mermelada ante el alfiler. Ella, sin decir nada, hizo a Osías para pelusearles la panza cuando parece que el mundo es un ocaso inexorable y el país olvida a sus pibes alambrados afuera del porvenir.
Tan chiquita y debilucha era yo por los sesenta, cuando ella les advertía a las palomas que la Plaza de Mayo no es buen lugar,porque nunca se sabe cuándo va a desbandarlas el temporal. Les decía, a las pobres, que nunca aprendieron la lección, que el que vive por las cornisas temprano aprende a temblar. Como nosotros, las palomas se atrevieron a plantarse y a sobrevolar el peligro, aunque la rama de olivo y de laurel se les cayera sistemáticamente del pico cuando la tormenta se les venía encima. Ella les dijo allá, por los sesenta, que se fueron los cazadores y que ya nunca van a volver. Pero volvieron, volvieron tan feroces que la propia paloma sin olivo quedó crucificada en la pirámide y las viejas alrededor, de pañales blancos en la cabeza, resistiendo a los cazadores para que el regreso fuera, ahora sí, nunca más.
En realidad, todo este canasto de palabras es para aclarar que no me pienso creer ni loca lo que me mintieron en la radio. Si ella misma lo dijo y todos lo sentimos y lo cantamos y lo resignificamos para nuestra propia historia personal y colectiva. Si ella ya lo advirtió. Tantas veces me mataron, tantas veces me morí, sin embargo estoy aquí resucitando. Yo canté con ella y me dije y me grité que gracias doy a la desgracia y a la mano con puñal porque me mató tan mal, y seguí cantando.
Porque ella nos convenció de que tantas veces nos borraron, tantas desaparecimos y volvimos después de nuestro propio entierro. Solos y llorando. Pero vivos. Con los harapos de los sueños y las revoluciones. Con los brotes en los huesos. Vivos y en pie. Cantando al sol.
Gracias Silvana Melo.-