Kirchner, Vázquez y la Celulosa:
Enfrentando UN PROBLEMA
Internacional y... ESENCIALMENTE POLITICO
Nancy Espasandín
Publicado en La Nueva Tribuna.- setiembre 2005
Hace apenas cinco meses, el 30 abril, una alfombra humana de decenas de miles de argentinos y uruguayos cubrió el puente Internacional General San Martín logrando el abrazo que simbolizó una larga y permanente lucha para impedir la instalación de las plantas de celulosa. Para tener una idea de la magnitud de la movilización en la zona, fue equivalente a que se hubieran movilizado, promedialmente, 3 millones de personas en la ciudad de Buenos Aires o 500.000 personas en Montevideo, para exigir al gobierno uruguayo, que levante la autorización de construir las plantas de BOTNIA y de ENCE en las costas del Río Uruguay... La prensa Argentina insistía entonces que nunca antes en el país, un problema ambiental había concentrado tanta gente en la historia. A pesar de la magnitud de la protesta que se sigue multiplicando mes a mes, fundamentalmente al otro lado del Río, a pesar de que el Gobernador de la Provincia de Entre Ríos presentó la denuncia contra el Estado uruguayo ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos entre otros organismos; las cosas siguen igual o peor.
La instalación de estas mega- industrias plantea un problema no sólo ambiental y ecológico, sino además un problema económico, humano, social, internacional y, sobre todo, esencialmente POLITICO.
En su actual etapa de descomposición, el capitalismo globalizado avanza en la mercantilización de todo lo que encuentra a su paso para garantizar el máximo de beneficio económico. El suelo, el aire, las aguas, los animales y el hombre son sacrificados por los oligopolios internacionales que, por la lógica del capital, son convertidos en mercancía. Las grandes multinacionales producen desastres naturales en aras de sus fabulosas ganancias, y están dispuesto a provocar más y más. Financian las guerras de los gobiernos imperialistas para apoderarse de los recursos naturales y aprovechan de la “seguridad” que les ofrecen la instalación de bases militares para garantizar su control. El desarrollo de la técnica y de todas las fuerzas productivas en manos del capital se transforma en el desarrollo de fuerzas destructivas... de la naturaleza, del planeta y del hombre mismo.
Las múltiples dimensiones de los problemas acarreados por el capitalismo mundial en esta etapa, se sintetizan en la ofensiva que los gobiernos del Norte y los organismos multinacionales de Crédito a su servicio ejercen sobre los gobiernos del Sur. Respondiendo a los intereses de los poderosos del mundo, el BM y el BID ofrecen y dan préstamos a estas empresas multinacionales para que instalen las industrias “sucias” en los países del Sur cuya población debe pagar los costos de los desastres que provocan. Las Plantas de Celulosa en Fray Bentos, por ejemplo, sería construida con préstamos millonarios otorgados por el Banco Mundial.
El Gobierno de Batlle cedió a esas presiones y acordó su instalación firmando un acuerdo leonino con Finlandia para que las plantas pudieran hacer a su antojo, imponiendo cláusulas de indemnización por cualquier motivo. Y sigue siendo hoy un PROBLEMA esencialmente POLITICO porque el gobierno de Tabaré Vázquez “respeta esos acuerdos”, cediendo también al Banco Mundial y el FMI. El monocultivo forestal y la instalación de estas plantas de celulosa están exonerados de impuestos y se ha creado una nueva Zona Franca por lo cual obtienen múltiples beneficios y donde está prohibido que los trabajadores se sindicalicen. Y, sobre todo, traerán aparejadas las más bárbaras consecuencias para la población, la contaminación de las aguas del Río y todo el medio ambiente, y la pérdida de la soberanía nacional. Estos acuerdos, además, violan la Reforma Constitucional apoyada por el 65% de la población del país que dice con claridad que es prioritario el uso social de los recursos hídricos antes que el uso económico.
Los argumentos que esgrime el presidente Tabaré Vázquez y otros miembros del gobierno para que el proyecto se cumpla a “capa y espada” son los “miles de puestos de trabajo” que generaría, que “no contaminarán más que la industria del turismo” y que existirán “controles rigurosos”... Violentando la inteligencia de la población; ignorando las experiencias anteriores que demuestran que los puestos permanentes serían mínimos; despreciando los informes técnicos calificados y las evidencias empíricas a nivel mundial que demuestran que las dioxinas producidas por las plantas, enferman y matan; engañando sobre un control riguroso que no puede garantizar el país; menospreciando las acciones interpuestas por el Fiscal Viana; se manipula tanto con la desesperación, la desocupación de miles y miles, como con la confianza en el gobierno de amplios sectores de la población del país.
Las exigencias que la población de Entre Ríos viene haciendo al gobierno de Kirchner y a su canciller Bielsa para que interceda ante el presidente Vázquez, las amenazas de controversias futuras y los cuestionamientos a los gobernantes en la medida que negocian una investigación de los impactos sin tener en cuenta la voluntad popular, complejizan el panorama, convirtiéndolo en un problema internacional.
Por todas estas razones, es un problema que sólo puede resolverse en el campo POLITICO, o sea, de acuerdo a las relaciones de fuerzas... Son los pueblos, fundamentalmente los trabajadores, los pobres de Uruguay y Argentina, los que han tomado ya en sus manos la lucha intransigente contra la instalación de estas mega – plantas, los únicos que podrán frenar y hacer retroceder a los gobiernos, a las empresas multinacionales, al FMI y al Banco Mundial.
La Unidad en una lucha si fronteras de los trabajadores, organizados a través de múltiples asociaciones sociales, sindicales y políticas, y de todos aquellos dispuestos a enfrentar al PODER de los de arriba, es la única salida para que se logre el triunfo de expulsar a las multinacionales ENCE Y BOTNIA del país. Las 40 a 50.000 personas que se concentraron en el PUENTE Internacional General San Martín el 30 de abril, y los miles que se siguen movilizando, demostraron que se puede... Hay que combatir las posiciones escépticas y claudicantes que opinan lo contrario. De lo que se trata es de continuar avanzando en la movilización y comprometer a las direcciones sindicales y políticas en futuras acciones internacionalistas para echar atrás la decisión del gobierno de permitir a las empresas avanzar en el proyecto. Y, a la vez, defender e impulsar nuevas alternativas del uso de la madera existente que dé trabajo a los miles que lo necesitan, muchos de los cuales han invadido la ciudad de Fray Bentos impelidos a elegir entre morirse de hambre en la actualidad o de cáncer en el futuro.
No existe neutralidad que valga. Además de los viejos y nuevos gobernantes, los indiferentes también tendrán que rendir cuentas sobre las consecuencias fatales en un futuro no demasiado lejano.
Setiembre 2005
Yo Firmo
Hace 17 años
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